Conciliar proyectos personales y profesionales, nos acerca más a nuestra felicidad.
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Si nuestros empleos están desapegados de nuestros deseos, de nuestras necesidades personales, de nuestros hogares y familias, de nuestros pueblos y raíces… cada vez será más difícil tener un desarrollo personal pleno, en definitiva, ser felices.
Nuestro desarrollo  pasa por poder ejercer nuestra profesión u oficio allí dónde queremos, junto a quiénes deseamos y realizándolo cómo queremos. Si estamos lejos, solas, solos, será más difícil tomar decisiones como: tener familia, criar a nuestras hijas e hijos… Y si tenemos ya esas hijas e hijos, será más difícil tomar decisiones de cambio, aunque estemos insatisfechas e infelices con lo que hacemos.
La Constitución Española reconoce a la ciula_constitucion_españoladadanía española el “derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio” (artículo 35) y el “derecho a elegir libremente su residencia” (artículo 19). Sin embargo, parece estar reñida, enfrentada, la elección de la profesión con la elección del lugar dónde ejercerla.
En estos años de crisis se nos ha insistido, hasta la saciedad, que sólo con movilidad geográfica era posible encontrar trabajo. Parecía y parece que toda persona desempleada, sobre todo si es joven, está obligada a marcharse de donde vive, renunciando a sus raíces, a su hogar y a sus relaciones personales. Parece que toda persona desempleada tiene que estar dispuesta a desplazarse a diario cientos de kilómetros para ir hasta la ciudad más próxima donde está el trabajo y regresar diaria o semanalmente al hogar, perdiéndose la vida de su familia y seres queridos, en definitiva su propia vida.
IMG_20151023_183644Parece que si no tienes esta disponibilidad a moverte geográficamente eres culpable de no tener empleo, y todo lo que te acontezca te lo has buscado. Parece que si no te vas de tu pueblo a buscar empleo a otro lugar, es que no quieres trabajar y eres un vago o vaga y solo quieres vivir de “papá Estado”.
La movilidad geográfica debe ser una elección libre, no un imperativo, no un “menú único” para toda persona.  Demasiadas personas hay desplazadas de sus hogares, no sólo españolas, hablo de refugiadas, de inmigrantes de países sin perspectivas para sus ciudadanas y ciudadanos que vienen a nuestro país o van a otros en busca de una vida mejor.
Os animo a buscar una mejor vida, también, para vosotras y vosotros, aquí y ahora.
Insisto en la importancia de conciliar proyectos personales y profesionales. Invito a toda persona a que se sitúe frente a su realidad con otra mirada. Porque puede que la respuesta a encontrar empleo no sea moverse a otro lugar, puede que sea reinventarse, cambiar de profesión o formarse para tener más posibilidades,… La respuesta está en nosotras y nosotros mismos. No la tiene ningún gobierno, administración o personal orientador.
Te invito a mirar dentro de tí, dentro de tu persona, hacia tu interior, y a preguntarte:
¿Quién soy? ¿Quién quiero ser?
¿Cuáles son mis valores?
¿Estos valores son coherentes con lo que hago?
¿Qué me ilusiona? ¿Qué es lo que me motiva? ¿Para qué vivo?
¿Qué me hace sentir en plenitud?
¿Qué estoy recibiendo de la vida?
¿Y yo qué quiero para mi vida?
¿Qué me obliga a asumir y a aceptar esos retos?
Quizá no haya respuestas aún, pero puede que algo vibre en tu interior, pidiendo seguir tomando consciencia, seguir reflexionando.
Quizá las respuestas te sorprendan y encuentres en ti a una persona con anhelos de algo distinto y mejor.
En ambos casos, ponte en camino. Cualquier momento es bueno para empezar. Que la urgencia de lo inmediato (comer, pagar la hipoteca, la familia, …) no impida que comiences un camino que a largo plazo suponga sacar la mejor versión de ti, para ti y para las personas que te rodean.
Yo misma, antes de emprender el proyecto de inmabuitrago.com, orientación y coaching, estuve enviando currículum a ofertas de empleo de mi perfil profesional en diferentes ciudades, situadas a más de 100 km. de mi localidad de residencia. En el fondo de mí, sentía que estaba gastando tiempo y, sobre todo, energía en algo que cada día me “chirríaba” más. 
Hasta que un día, me paré y me dije:¿De verdad esto es lo que quiero? ¿Quiero viajar IMG_20151022_115423diariamente a Teruel o a Guadalajara o a Zaragoza y dejar a mi hija al cuidado de un tercero? ¿Quiero perderme la primera infancia de mi hija? ¿Quiero no disfrutar de ella y que ella no disfrute de mi? ¿Para eso he tenido a mi hija casi a los 40, para que me la críen otras personas?”
Por muy en consonancia que esos empleos estaban con mi ansiado regreso al mercado laboral y al desarrollo de mi profesión, para nada estaban en línea con mis valores, con la vida que quería para mí, para mi hija, para mi familia. Mis quieros eran y son:
Quiero criar a mi hija. También quiero desarrollarme profesionalmente. Y todo ello quiero hacerlo en el lugar donde resido actualmente, en Molina de Aragón. Quiero poder ir a recoger a mi hija cuando sale de la guardería y que si se pone enferma y no puede ir, pueda yo atenderla, por mucho que desorganice mi plan de trabajo. Quiero que su padre y yo disfrutemos juntos criándola, con todo lo que conlleva de pasar sueño, negociar si se pone o no la ropa o si se va a dormir después del último cuento. Quiero que mi hija cuente con su madre además de con su padre.
Y así, con esta mirada hacia mi interior, es como asumí y acepté el reto de conciliar ambos proyectos, de desarrollo personal y profesional en Molina.
No quiero ser ejemplo de nada, ni para nadie. Solo he querido  compartir con vosotras y vosotros mi experiencia sobre cómo miré dentro de mí, redescubrí mis valores, lo que me movía a ir hacia adelante, lo que quería para mi vida, y  qué retos supusieron asumir y aceptar que no quería para mí la movilidad geográfica.
Si decides iniciar ese camino de toma de consciencia, responsabilidad y acción, cuenta con mi apoyo.
Ponte en contacto conmigo en el correo electrónico info@inmabuitrago.com.